10.1.13

"Los colosos de la red amenazan nuestra libertad"


"Los colosos de la red amenazan nuestra libertad"

Tengo 28 años. Nací en Bielorrusia: aún una dictadura. Las redes sociales facilitan la censura, propaganda y control del autoritarismo. Hemos regalado nuestra privacidad a Google, Amazon y Facebook, que la transforman en billones e ilimitado poder. Colaboro con el CCCB

Nací en Bielorrusia, república exsoviética que aún sufre una dictadura, así que era comprensible que me fascinaran las redes sociales como un catalizador de la democracia...

¿Y no lo son?

Creer que Twitter, Google, Amazon o Facebook son adalides de la libertad y la democracia es de una ingenuidad temeraria.


Google no paga impuestos en España.
No soy experto fiscal, pero no me extraña, porque ignora y desprecia la soberanía, las instituciones o el Estado de bienestar de los países democráticos y de sus ciudadanos. Y sólo responde ante sus accionistas.

Por ahora está dejando sin publicidad y sin empleos al sector de la comunicación.
Es sólo la primera fase de su dominio, una fase económica.

¡Y... que se prepare la banca, porque el Google Bank está al caer!
Sus posibilidades de apropiarse de más valor de otros modelos de negocio aún son enormes: por ahora monetariza lo que empezó dando gratis. Pero yo me he especializado en analizar la dimensión sociopolítica de las redes. Y resulta inquietante.

¿Y qué ha comprobado?
Que las redes sociales -Twitter, Facebook y todos sus derivados- en realidad ayudan a que se consoliden autoritarismos tradicionales como el de China o Irán y a que se renueven otros en los países árabes, donde ahora ya sirven a los nuevos integrismos.

¿Cómo?
La trinidad del autoritarismo es censura, propaganda y vigilancia. Y las redes sociales facilitan la imposición de esa trinidad.

Censurar internet parece imposible.
Pues la gran muralla digital estatal china lo logra cada día. Filtra día y noche la ingente cantidad de contenidos on line. Además, los autoritarismos han reclutado ciberejércitos que bloquean los sitios no adictos.

Aún era más fácil censurar teles únicas.
Pero es que, además de permitir a los dictadores renovar su poder, las redes revitalizan la propaganda de las ideologías execrables: han dado nuevo impulso a supremacismos, racismos y radicalismos de todo tipo.

Y también a la fraternidad, la solidaridad, la inteligencia en todas sus formas.
El autoritarismo tiene padrinos digitales más poderosos..., me temo. Porque lo más preocupante es que las redes sociales han simplificado la tarea de las policías secretas: sólo han de estar atentas y observar el rebaño digital para provocar, detectar, engatusar y encarcelar a los disidentes.

¿Dónde y cómo lo han hecho?
El Gobierno iraní logró detener a sus enemigos con la cacareada inteligencia colectiva. Creó una especie de Wikipedia cazadisidentes donde los leales ponían en común sus sospechas, sospechosos y, de forma anónima o declarada, aportaban datos al servicio secreto, que multiplicó así su eficiencia.

Suena a gulag digital.
Pero no sólo ayudan a las dictaduras, también preparan nuevos autoritarismos y pervierten las democracias: hoy mi preocupación es la enorme concentración de poder de la que Google, Amazon, Facebook, Twitter y otros gigantes gozan ya en Occidente.

Pues no veo a Occidente preocupado.
Google ya es nuestro principal, y en algunas áreas único, mediador con la realidad: desde toda la información del buscador hasta los mapas, la publicidad, el correo -nuestra intimidad en todos los grados: sexo incluido- y muchas de nuestras relaciones.

Y ahora prepara sus gafas.
Tridimensionales y adictivas: serán mucho más omnipresentes de lo que son hoy los auriculares. Y ahora observe su estrategia: cuando usas mucho Google Maps te dan consejos para que camines más a menudo.

Son buenos chicos...
¡Exacto! Dicen que están inventando coches sin conductor para mejorar el tráfico y la contaminación; pero, mientras, acumulan todos tus datos, hábitos, rutas... junto con los de decenas de millones de ciudadanos...

Pero es que dan gratis servicios útiles.
Y cuando uses sus gafas te dirán que estás viendo demasiada tele... Igual que Amazon: cuando encargas demasiadas novelas policiacas, te sirve -sin que lo pidas- una lista de sugerencia de novelas que consideran de alta cultura... ¡Todo lo hacen por tu bien!

Buenos consejos para un mundo mejor.
¡Peligrosísimos! Con ellos adquieren derecho a aconsejarte y cuando lo tengan ya tendrán derecho a intervenir en tu vida.

¿No es usted un pelín paranoico?
Si toda la información que damos a Google nos la hubiera pedido algún gobierno, ya habría sido denunciado ante todos los tribunales internacionales. Y sin embargo se la cedemos graciosamente a Amazon, Twitter, Google, Facebook y sus adláteres.

Y ellos la convierten en billones.
¡Y en poder! Estamos privatizando nuestra intimidad: se la estamos regalando a empresas privadas dirigidas por una junta de accionistas con intereses muy privados. Ya tienen más información que cualquier gobierno. Por ahora se conforman por convertirla en dinero, pero un día pueden transformarla en poder. Y estamos a su merced.


'Google Bank'

Empezó siendo un buscador... ¡gratis! Hoy deja sin publicidad a los medios y sin empleo a miles de ciudadanos. Y todo sin pagar impuestos en España: Google se merece un boicot (como el de los británicos contra Starbucks) por no tributar. ¡Y ahora que se prepare la banca! (la que queda): los tecnoanalistas anuncian la llegada de un Google Bank o un Bank Apple que terminará de acaparar la cadena de valor: pagaremos sus productos con sus tarjetas. Morozov, además, advierte de una operación universal de apropiación de nuestra privacidad por parte de las multinacionales de la red. Pero me preocupa aún más que destruyan cien empleos por cada uno que crean.


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